En un día como hoy, 16 de octubre, en el año 1953, Fidel declaraba en la pequeña sala del hospital Saturnino Lora de Santiago, donde fue juzgado por los hechos del 26 de julio, las cinco leyes revolucionarias que cambiarían el futuro del país y de su gente
Por Marta Rojas Rodríguez
Fotografía que acompañaba la primera edición clandestina de La Historia me Absolverá. |
Uno de los documentos más
trascendentales de la historia de Cuba lo es, sin duda alguna, el alegato del
joven abogado Fidel Castro, La Historia me Absolverá, discurso pronunciado un
día como hoy, 16 de octubre, en el año 1953. Denuncia de horrendos crímenes y
programa político revolucionario de los asaltos a los cuarteles Moncada y
Carlos Manuel de Céspedes el 26 de julio de aquel año, se convirtió en una
pieza oratoria jurídica sin precedentes en nuestros países de América Latina,
pronunciada en condiciones muy adversas para el exponente.
Hace unos pocos días el líder indígena,
presidente Evo Morales, triunfador una vez más, con una mayoría aplastante de
votantes en Bolivia, mencionó con emoción el nombre de Fidel Castro
agradeciendo su ejemplo. Su mención está indisolublemente imbricada con los
postulados del programa que con tanta convicción proclamó Fidel en la pequeña
sala del hospital Saturnino Lora de Santiago, donde fue juzgado por los hechos
del 26 de julio y que luego llevaría a cabo y trascendería.
Entonces, en 1953, declaraba Fidel que
en el sumario de la causa constaban las cinco leyes revolucionarias que serían
proclamadas de inmediato, de haberse tomado el Moncada, las cuales se
divulgarían por la radio. Enumeró las leyes contenidas en el referido sumario
judicial y con ellas hizo un pronunciamiento, igualmente inusitado en aquel
año, el cual decía textualmente:
“Se declaraba además, que la política
cubana en América sería de estrecha solidaridad con los pueblos democráticos
del continente y que los perseguidos políticos por las sangrientas tiranías que
oprimen a naciones hermanas, encontrarían en la Patria de Martí, no como hoy,
persecución, hambre y traición, sino asilo generoso, hermandad y pan. Cuba
debía ser baluarte de la libertad y no eslabón vergonzoso de despotismo”.
Las cinco leyes enunciadas se referían a
la devolución al pueblo de la soberanía expresada en la Constitución de la
República, defenestrada por el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952
perpetrado por Batista; al derecho de la tierra de todos los colonos,
subcolonos, arrendatarios y aparceros y también a la necesidad de organizar
cooperativas agrícolas: la Reforma Agraria tendría la prioridad. Otra ley que
habría de implantarse, beneficiaba a los obreros y los hacía copropietarios de
la industria y para los colonos azucareros había otros preceptos puntuales que
los beneficiaban. En la quinta ley se ordenaba la confiscación de todos los
bienes de todos los malversadores de todos los gobiernos y a sus
causahabientes.
Muy pronto la Revolución triunfante el Primero
de Enero de 1959 comenzaría a hacer
realidad aquel programa.
Entonces, según él mismo relacionara
aquel 16 de octubre, más de la mitad de las mejores tierras de producción
cultivadas, estaban en manos extranjeras. “En Oriente, que es la provincia más
ancha, las tierras de la United Fruit Company y la West Indian unen la costa
norte con la costa sur”, dijo.
El joven abogado proclamaba en su
alegato la necesidad de industrializar el país, y enfatizaba en que “el turismo
podría ser una enorme fuente de riqueza”.
Un programa de enseñanza impostergable y
el beneficio de la salud pública para todos los cubanos eran premisas básicas.
No olvidaba las palabras de Apóstol, a
quien había proclamado Autor Intelectual del Moncada, referente a un hecho
medular: “El pueblo más feliz es el que tenga más educados a sus hijos, en la
instrucción del pensamiento y en la dirección de los sentimientos (…) Un pueblo
instruido será siempre fuerte y libre”.
Este es un simple esbozo del alegato La
Historia me Absolverá, pronunciado el 16 de octubre de 1953 por Fidel y que
luego reconstruiría de su puño y letra en la prisión de Isla de Pinos y fuera
publicado y distribuido clandestinamente en 1954: hace ahora, seis décadas.
FUENTE: Granma
Nenhum comentário:
Postar um comentário