Escuela de Cuadros es un programa de formación política producido de forma autogestionaria por un grupo de venezolanos e internacionalistas. El proyecto se basa en el estudio de textos marxistas que se debaten en televisión en Venezuela (ahora se transmite semanalmente por Alba TV, próximamente de nuevo por ViVe Televisión, y también se pueden descargar todos los programas enYouTube). Aquí, en entrevista con compañeros de Escuela de Cuadros, nos explican de primera mano sobre esta iniciativa, posiblemente única en televisión, que lleva ya casi 170 programas producidos.
Resumen Latinoamericano: Escuela de Cuadros se ocupa de la formación, un trabajo generalmente desatendido. ¿Qué nos pueden decir sobre la importancia de la formación?
Escuela de Cuadros: Generalmente se reconoce que la formación es uno de los grandes retos de la izquierda hoy en día. Entonces, ¿por qué es tan difícil llevarla a cabo? Una de las explicaciones es, evidentemente, la enajenación en la sociedad capitalista, que al parecer va en aumento. Un partido o un movimiento socialista o comunista debe ser un mecanismo de desenajenación, pero a menudo ocurre lo contrario. Es decir, los partidos terminan adaptándose a la organización social dominante, organización regida por la lógica del capital. Vemos esta dinámica en el electoralismo, el parlamentarismo, el institucionalismo y la búsqueda de financiamiento. En todo este quehacer, la formación anticapitalista, la desenajenación pasa a un segundo o tercer plano… luego desaparece.
Recordemos que el propio Marx dijo que pocas personas habían escrito tanto sobre el dinero como él y sufrido tanto de su ausencia, y también que con la venta de “El Capital” ni siquiera logró cubrir sus gastos en tabaco. Es decir que el trabajo teórico, de aprendizaje, de investigación y de desenajenación no cuadra con la lógica diaria del capital. Por supuesto hay momentos en los que se plantea salir de esta situación: Chávez recomendó la lectura y el estudio de muchos libros de Marx y otros autores, y criticó a sus ministros por no asumir la lectura y el estudio. Vemos aquí y allá, en diversos lugares del mundo, iniciativas formativas: la Escuela Florestan Fernandes del MST, la Universitat Comunista dels Països Catalans, la Cátedra Che Guevara en Argentina, pero son pocas. En Escuela de Cuadros, que es una plataforma para debatir, difundir e incluso desarrollar un poco el marxismo, esperamos ser otro brote más.
RL: ¿Cuál es el papel del marxismo en Escuela de Cuadros? ¿Lo entienden como una ciencia?
EdC: El marxismo es central en el proyecto, pero en cuanto a si el marxismo es una ciencia o no, ésta es una cuestión abierta. Capaz cada participante en Escuela de Cuadros tiene su propia perspectiva. Lo cierto es que el concepto de ciencia se ha ido estrechando durante los siglos XIX y XX. La “ciencia alemana”, que fue el referente de Marx –la ciencia de Hegel y Leibniz–, no estaba tan determinada por las pautas de las ciencias naturales como lo está hoy día la palabra “ciencia”. La verdad es que el marxismo, pese a las aspiraciones de algunos teóricos (por ejemplo los marxistas analíticos), nunca se ha separado por completo de la fe, del mito, y de la causa final, que siguen operando de una manera subterránea en el materialismo histórico. Pero, ¿puede ser de otra manera si el trabajo de los marxistas forma parte de la totalidad social, una totalidad orgánica, en la que opera toda la producción material y espiritual del ser humano?
Por otro lado, el marxismo muere o se estanca si se dejan de aplicar criterios filológicos, como nos han enseñado los marxólogos . Efectivamente hay que distinguir entre borrador y texto acabado, y hay que aceptar que Marx (no sólo Engels o Kautsky, a quienes a veces se les echa la culpa) fue un ser parcialmente influido por las corrientes eurocéntricas, positivistas, evolucionistas, productivistas y machistas de su momento, y que s ólo con mucho esfuerzo (y no siempre) logró superar. Hay que poner presión sobre los textos de Marx, usando todos los criterios filológicos y poniéndolos en diálogo con la filosofía, la economía y la sociología posterior a Marx. En todo este feliz y rico quilombo que es el marxismo, es bueno recordar que el estudio de la obra de Marx es necesario para el movimiento socialista –estamos convencidos de esto–, pero no es suficiente.
RL: Escuela de Cuadros tiene una trayectoria de más de seis años, ¿cómo se ha ido desarrollando? ¿cómo ha cambiado?
EdC: Empezamos el proyecto en un medio comunitario en Caracas, Catia TVe, inspirados por el Proceso Bolivariano y el auge de luchas en América Latina. Al principio la cosa fue algo improvisada. Casi cada semana invitábamos a un ponente y escogíamos un texto de Marx o de la tradición marxista… ¡y a debatir en pantalla! Ahora el programa es formalmente más rico y un poco mejor producido –la grabación y postproducción se hacen en ViVe Televisión desde hace tres años, manteniendo nuestra autonomía porque éste es un trabajo absolutamente voluntario–. Recientemente en Escuela de Cuadros hemos producido programas sobre la Comuna de París con Vladimir Acosta, sobre el fetichismo de la mercancía con Néstor Kohan, o sobre la teología de la liberación con François Houtart.
También hemos organizado dos encuentros internacionales, seminarios donde se abordan temas que merecen un tratamiento especial y un estudio detenido, con un marco teórico cuidadosamente elaborado. El primer encuentro fue sobre el vínculo y la mediación entre la teoría y la práctica revolucionaria, en el que participaron Jorge Beinstein, Amilcar Figueroa, Iñaki Gil de San Vicente, Néstor Kohan y Luis Suárez Salazar entre otros. El segundo, con el título ¿Para qué sirve El Capital? Un balance contemporáneo de la obra principal de Karl Marx , contó con la participación de Vladimir Acosta, Carlos Fernández Liria, Iñaki Gil de San Vicente, Néstor Kohan y Rubén Zardoya. A partir de este segundo encuentro publicamos con Editorial Trinchera un libro que lleva el mismo título.
En cuanto al programa, hoy día se produce más lentamente por la necesidad de desarrollar material audiovisual de apoyo, pero la meta y el espíritu son los mismos: impulsar –desde la izquierda y con posiciones a veces críticas– la lucha por la segunda independencia de América Latina y las luchas de los pueblos del mundo por el socialismo.
FUENTE: Marxismo Critico
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